La irrupción de la impresión en tres dimensiones dejó de ser una cuestión de futuro y se transformó en una realidad que utiliza desde plásticos hasta metales. Los plásticos y las aleaciones de metal son los materiales más usados para esta impresión. La impresión 3D es una tecnología con muy variados usos que va desde la medicina a la industria automotriz, que llama la atención y logra romper esquemas, con un conjunto de procesos donde una máquina produce objetos a través de la adición de material en capas que corresponden a las sucesivas secciones transversales de un modelo 3D. Los plásticos y las aleaciones de metal son los materiales más usados para esta impresión, aunque, en teoría, se puede utilizar cualquier cosa. La impresión 3D de alta gama se realiza con la fusión de lecho de polvo. De esa manera se pueden utilizar varios materiales en forma de polvo y fusionarlos mediante láser o calor. El ácido poliláctico (PLA) es el material más popular, ya que es biodegradable, hecho con energía renovable y fácil de usar en casa. Por su parte, el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS) es muy útil para piezas que requieren gran resistencia y flexibilidad, como partes de automóviles o electrodomésticos y es de bajo costo. En tanto, se destaca la técnica de sinterización directa de metal por láser (DMLS). Se puede utilizar para fabricar un producto industrial terminado o un prototipo, con lo que se intenta detener la industria del contrabando y reducir el impacto de la minería en el ambiente. Por su parte, el grafeno conduce la electricidad, es más fuerte y fácil de aislar que otros conductores y hay investigaciones para crearlo en laboratorio. El grafeno puede ser utilizado para la iluminación LED y así se reducen costes de producción. El grafito y el grafeno se utilizan para la electrónica y la iluminación. También se emplea la fibra de carbono que se agrega al plástico para crear un compuesto que es tan fuerte como el acero.